viernes, 18 de julio de 2014

Mi respuesta para tu reacción ante mi indiferencia


Tienes razón, actúo distinto cuando estamos con alguien más, y eso no es justo para tí. Debes saber que en este momento mi seguridad no se encuentra muy bien, tengo ideas y recuerdos que me orillan a desconfiar para evitar ser lastimada. Siento como si me hubiera perdido a mí misma y extraño una parte de mí que se fue atenuando con el tiempo hasta cambiar al punto de llegar a sentirme superficial, ignorante, frívola y cínica. La otra parte de la que te hablo es la que quiero recuperar y reinventar, porque es la que yo quiero ofrecer al mundo y a ti. No mereces ser afectado en ese proceso de cambio y reencuentro. Los dos sabemos algo: ambos tenemos cosas que arreglar. Pienso que lo mejor es dejarnos solos un rato; solos pero acompañados, pues, al menos de mi parte, podrás seguir contando conmigo independientemente de cualquier cosa.
Sé que tu tampoco crees que te quiera. Antes de que refuerces esa idea, debo decirte varias cosas. La primera: la carta que te dí es la mínima parte de todo lo que he escrito pensando en ti. Con el tiempo irás conociendo cada uno de esos escritos, desde el primero hasta el último. Segunda cosa que tengo que decir: algo que no sabes de mí es lo mucho que me cuesta decir "te quiero" y "perdón", sin embargo lo primero te lo he dicho sinceramente y lo segundo te lo digo justo ahora de la misma manera. Tercera cosa: Soy extraña y te lo dije, quizá con el tiempo conozcas más de eso. Jamás me había pasado esto y espero que comprendas que en ocasiones no tengo idea de qué es lo que debería hacer. Aunque no lo parezca en lo profundo de mí tengo ideas que otras personas no entenderían, no me gustan los clichés sociales ni las etiquetas, me gusta la libertad, me gustan las mentes abiertas, soy más sencilla y menos exigente de lo que parezco, me agrada ser diferente, suelo reírme de la frivolidad de la gente, soy muy tranquila pero también muy loca, a veces me sorprende mi contrariedad. Me he vuelto un poco fría e indiferente, pero cuando quiero en verdad algo, se lo demuestro, incluso con tintes de romanticismo; pero para todo debo tomar mi propio tiempo, y eso puede desesperar a las personas.Suelo ser muy simple, ya no me complico -tanto- la existencia. Estoy sumamente consciente de que tengo ideas geniales y filosofías increíbles sobre la vida, pero también me doy cuenta de que no las materializo, me inmovilizo, me conformo, y eso no es nada bueno. ESA es la parte de mí que quiero reconstruir, recrear.
Ah, otra cosa, me cuesta pedir ayuda y de manera recurrente sostengo que únicamente yo puedo solucionar lo que me pasa. No desprecio el apoyo de nadie, pero en cuanto puedo retomo mi camino con independencia. Es por ello que quiero hacer esto sola, pero sabiendo que igual puedo contar con alguien, como mera compañía. Específicamente hablo de ti. Claro que tu no estás obligado a nada, ni a quedarte, ni a escuchar, a nada. Los digo sin ser irónica. Es hora de levantar el vuelo.
¿Sabes qué creo que pasa? Ambos somos unos sensibles que valoramos mucho al otro. Cualquier detalle que se salga de nuestro círculo de acuerdos implícitos nos altera. Nos creemos inmerecedores. Nos duele un poquito más. Perdemos la objetividad.
De algo me he dado cuenta: la medida en la que aprecias a alguien determinará la intensidad de las emociones hacia esa persona, sena "buenas" o "malas" (Bien dicen que "del odio al amor sólo hay un paso" - y viceversa-). Cuanto más quieras a alguien, más te afectará la ruptura o el agrietamiento de ese círculo creado por ambos, en ocasiones, aunque el asunto no sea tan grave como parece.
Diciembre ´13

De las aclaraciones que querías hacerle...

"Me parece que eres una persona interesante de la que me gustaría aprender, tal y como aprendo de las personas que me rodean. En realidad, me gustas, pero he descubierto que nuestra relación no debería pasar de ser simplemente amigos. La paso muy bien contigo ¿Tú la pasas bien conmigo?...Entonces veámonos sencillamente con ese fin: pasarla bien, platicar, reir; sin insinuaciones de otro tipo, sin mensajes ocultos, sin compromisos que limitan, sin mentiras innecesarias. Es sencillo, pero el mundo se lo complica. Ahora, yo no quiero arriesgarme a rumores falsos ni a hacer cosas buenas que parezcan malas, por lo que debemos tratar esto con cuidado y tu me ayudarás a encontrar solución. Mis intenciones son, como ya lo dije, las de ser tu amiga y pasarla bien. Sólo eso.

Sé que eres buena persona, quizá esta sea una loca creencia que va en contra de lo que la mayoría afirma, incluso de lo que tu crees. Tal vez quien me escuche piense que soy una ingenua, quizá lo sea, pero de cualquier modo, yo creo en la bondad que mantienes oculta. Tu eres bueno"
Noviembre ´13



sábado, 12 de julio de 2014

Preceptos para no volver a ceder


Él es una persona peligrosa, alguien que lamentablemente (muy lamentablemente) ha sido tan herido y está tan lastimado que se ha vuelto malo, desconfiable y egocéntrico. Es una verdadera lástima que muestre -u oculte, según sea el caso- intenciones sumamente perversas. Por otro lado, tú tienes que aceptar ese hecho y comprender que nunca nada estuvo en tus manos. Es un tipo oscuro, maltratado por la vida, melancólico pero también malévolo. Es posible que cambie (¡Qué mejor!), pero eso es algo en lo que no te corresponde intervenir.
Noviembre ´13


Lo irónico fue que eran tantas las ganas de amor y la osadía que decidió ceder...




jueves, 10 de julio de 2014

Unas citas de amor...

...De la película Perdona si te llamo amor, basada en el libro del mismo nombre, escrito por Federico Moccia:

"Lo bonito del amor es que no es fruto de ningún cálculo"


"-Prométeme una cosa.
- ¿Qué?
- Lo que estoy pensando.
- Te lo prometo amor".


"Cuándo el amor ya no es un drama, es mágico, y de repente hace que la vida sea la cosa más sencilla y más bonita del mundo, todo encaja a la perfección y tu realidad es como quieres que sea, entonces, las ideas que te faltaban aparecen de improvisto"


miércoles, 9 de julio de 2014

Una cita bonita...

...confiar en el niño y en su innata creatividad; escucuchar al niño, liberarlo de las ataduras artificiales y convencionales y dar vuelo a la inventiva espontánea de las criaturas no deformadas por la "contaminación cultural", de nuestro "mundo sofisticado".

José Gordillo (1992)
"Lo que el niño enseña al hombre"


El plus (del mismo autor y libro):

"Las cualidades que hacen comunicables la esencia humana están en peligro".



lunes, 7 de julio de 2014

Una cita al azar...

"Seguramente se había cansado de las quejas constantes del alma y de los giros incesantes de la mente [...]"
Margaret Atwood
Orix y Crake


martes, 1 de julio de 2014

El "complejo" de las flores.

"Ay Saraí, Saraí, Saraí... tu y esa manía de tratar de preservar al máximo una flor arrancada cuando sabes que tarde o temprano, indiscutiblemente, morirá. Primero luce tan bella, te atrapa y tu quieres hacer lo más que se pueda para mantenerla fuerte. Le tienes fe, le das agua, tratas de conservarla firme y fresca, pero final y tristemente, se marchita. Luego sigues tu ritual de conservar unos cuantos pétalos: quien sabe, quizá sirvan para después o serán un pequeño recuerdo."

¡Claro que me encanta que me regalen flores! Las tomo en mis brazos, las admiro, las pongo en agua, o la vierto sobre ellas. El lugar donde las coloco se llena de su aroma. ¡Todo es tan lindo! ¡Lucen bellísmas!

Sin embargo...no, no me gusta del todo. Pasan los días y veo como se van acabando.

Florece.
Tratas de salvarla.
Muere.
¡Decidido! Mejor siembro unas cuantas semillas o me compro una plantita en maceta. La riego, la cuido, crece, mantiene sus raíces y su belleza, está viva y no en una existencia un tanto artificial como la de las flores arrancadas. Éstas son bonitas ¡Por supuesto! Y me dan cosas bellas, pero, es efímero, frágil y pasajero. Si quiero puedo conservar un vestigio de su existencia, algo que me haga recordar momentos, pero debo pensar que no están vivas, que ya no son ni serán lo que fueron.


En lugar de tratar de "rehabilitar" una flor que está destinada rotundamente a una muerte rápida, mejor cultiva y ayuda a crecer. No es bueno insistir demasiado en algo -o alguien- que sabes ya está muerto, aunque por fuera muestre una frescura que, finalmente, se esfumará.